Hoy por hoy es más que probable tropezarse con una rata en cualquier gran ciudad del mundo.
Admirados por algunos y odiados por otros, estos roedores constituyen una auténtica representación de la bella y la bestia del mundo animal.
Con sus grandes orejas, ojos oscuros, largos bigotes y pelaje liso, la rata debería ser uno de los animales más adorables y adorados.
Pero para muchos es todo lo opuesto.